domingo, 16 de diciembre de 2007

Jesús: el Cpmunicador más Grande de Todos los Tiempos



El Vicepresidente de Comunicaciones convoca a los ejecutivos de su departamento y les informa que deben lanzar una gran campaña cuya meta es llevar una idea a todos los confines de! mundo y que perdure eternamente, pero sin utilizar la te!evisión, la radio, la prensa o Internet, ya que ninguno de ellos existe aún. Serán inventados dos mil años después.
Ése fue el gran reto que encontró ante sí Jesús de Nazaret hace ya más de veinte siglos, cuando su Padre Celestial le encomendó venir al planeta Tierra y propagar la palabra divina.
Siempre me ha sorprendido que en las universidades que-enseñan la difícil disciplina de relaciones públicas obvian de sus currículos la gesta emprendida por este hijo de un pobre carpintero de Judea. que transformó la historia del mundo por varios . siglos. Si analizamos la empresa cristiana sin apasionamiento, secularmente y en un contexto de comunicación nos damos cuenta que la misma es uno de los mejores case studies de relaciones públicas.
No pretendo ser un teólogo o exegeta bíblico, pero basándome en mis estudios de comunicaciones y experiencia profesional me atrevo a decir que El fue y es aún uno de los mayores comunicadores de humanidad.
Jesús, antes de empezar su peregrinar por la tierra de Judea, tenía metas muy específicas: 1) darse a conocer como el verdadero hijo de Dios, 2) que su palabra fuera conocida por todos y 3) que la posición de la nueva Iglesia fuera entendida y respetada, a pesar de no ser aceptada universalmente.
Leonard Saffir, en su libro Power o/ Public Relations, señala que todo programa de relaciones públicas debe tener metas claras y específicas antes de iniciar cualquier campaña. Es realmente sorprendente como coinciden las metas de Jesús con los tres parámetros reseñados en su libro: 1) aquellos públicos que nos interesan conocerán nuestro nombre y qué hacemos como empresa _) nuestros productos serán más familiares entre nuevos prospectos y 3) la posición de la compañía será entendida, respetada, a pesar de no ser aceptada universalmente.
En cierto grado, los relacionistas públicos fungen como evangelizadores que propagan la noticia de un nuevo producto y/o servicio. Y precisamente la palabra "Evangelio" quiere decir "Buena Nueva”: materia prima de todo programa de relaciones públicas.
Los practicantes de las relaciones públicas son básicamente intérpretes, señala Fraser P Seitel en su libro Tbe Practice o/ Public Relations. Agrega que, por un lado, estos profesionales deben traducir las filosofías, políticas y prácticas de la alta gerencia para que sean entendidos por todos, a la vez que deben corresponder las actitudes del público (feedback) con los de la alta gerencia.
Aquí encontramos otro gran punto de coincidencia con la Santa Biblia editada por el Centro de Ediciones Paulinas, que en su página 1148 señala que los evangelistas, al escribir- bajo el influjo de la inspiración divina, eran como un instrumento, a través del cual Dios transmitía a las hombres su mensaje.
Pero así como Dios se manifiesta a través de su hijo Jesús y su palabra queda plasma­da en los cuatro libros de Mateo, Lucas, Marcos y Juan; jamás interviene dictatorialmente para imponer un pensamiento mecánico que violentara la fraseología o un estilo literario. Los apóstoles redactaron los acontecimientos de Jesús según la cultura que prevalecía dentro y alrededor de ellos (feedback).
Los cuatro evangelios del Nuevo Testamento equivalen a lo que hoy se conoce dentro de la industria de las comunicaciones como Press Kits sobre la obra, enseñanza y milagros de Jesús, a fin de hacerla de conocimiento universal.
Pero así como los cuatro intentan ceñirse a la más rigurosa descripción objetiva de los acontecimientos, cada uno conserva un estilo muy particular según el público al cual intenta llegar.
Por ejemplo, San Mateo, considerado el más relacionista público de todos, se rige por un orden estrictamente cronológico. Incluso, organiza un gran banquete, para celebrar su venturoso encuentro con Jesús, evento muy comentado en ese tiempo por seguidores y det:ractores del Gran Profeta.
San Marcos, por otro lado, escribe en un griego muy simple dirigido a las masas; tan es así que su libro es el preferido para enseñar el Evangelio entre los niños.
San Lucas, un hombre letrado y culto, escribió en un estilo clásico pero simple con la intención de llegarles a todos, incluso a los romanos gentiles, que a través de su imperio ayudarían a la propagación universal de la obra y palabra de Cristo, allende las fronteras de Judea.
Juan, el más joven de los cuatro, maneja los símbolos divinos de Jesús, que no son otros que la fe y el amor infinito hacia el prójimo.
Así vemos que los apóstoles no pretenden hacer una obra literaria acabada y perfecta.
Quieren más bien hacer llegar a todos los estratos sociales el supremo mensaje de la redención.
"Una cosa es la comunicación divina y otra muy distinta es la comunicación humana", dijo el padre Ricardo "Ricky" Gerena, de la Arquidiócesis de San Juan, Puerto Rico. "Cristo sabía que tenía que comunicarse con todos los públicos de su tiempo".
Nos preguntamos, entonces, qué diferencia existe entre sus escritos y los mensajes que distribuye una empresa o institución a través de un bien orquestado programa de relaciones públicas acerca de su producto, servicio, misión y visión empresarial o razón de ser corporativa.
Muchas personas con quienes he discutido este aspecto comunicacional de la gesta cristina argumentan que ningún relacionista público estaría dispuesto a subir por la Vía :Dolorosa en camino a su muerte. A lo que respondo afirmativamente, pero de todos modos les recuerdo el nefasto episodio del Exxon Valdez, en el cual el CEO de Exxon, Lawrence G. Rawl, despidió sin miramientos a los altos ejecutivos de relaciones públicas de la empresa, quienes propusieron que ésta aceptara su responsabilidad en el accidente. Los ejecutivos de comunicaciones de Exxon se vieron obligados a presentar su renuncia, una manera indirecta de "crucifixión corporativa".
Tal como lo sentenció John Scully, presidente de Microsoft: "La innovación nunca surge espontáneamente de la burocracia y jerarquía. Siempre emerge como la acción de. un individuo".
En este caso, Jesús tuvo la iniciativa de poner en marcha una idea, un precepto y una fi­losofía de amor y paz que cambió para siempre la, perspectiva de los seres que habitan es­te planeta a través un plan bien organizado de propagación pública. .
Así como cada año nos piden a través de campañas de relaciones públicas donar sangre a la Cruz Roja, no conducir bajo la influencia del alcohol o acabar con el maltrato infantil, también cada domingo su obra y palabra es recordada cuando oímos: "Haced esto en conmemoración mía".

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