domingo, 16 de diciembre de 2007

Un Teniente-Coronel que se Convirtió en Icono Mundial


Por Héctor Héreter
Caracas. (11/11/2007) - El Teniente Coronel Hugo Chávez Frías, presidente de la República Bolivariana de Venezuela ha demostrado a lo largo de más de 15 años ser un verdadero fenómeno mediático convirtiéndolo en un icono mundial, compartiendo posiciones con figuras tan reconocidas como el Ernesto “Ché” Guevara, Marilyn Monroe, Marx, Lenin o Madonna. Incluso ha superado en fama a su propio mentor: Fidel Castro.Desde Calcuta en la India hasta Cochabamba en Bolivia, o desde Oslo en Suecia hasta Ciudad del Cabo en Sudáfrica, el ciudadano común de estos países sabe quien es… simplemente… Chávez.
Ya bien sea que recurre a los miles de millones de dólares que le produce la exportación de petróleo venezolano que le permite financiar propaganda política y grupos afectos a su proyecto revolucionario (ej: Piqueteros en Argentina, Los Sin Tierra en Brasil o Independentistas en Puerto Rico) o por su peculiar discurso en foros internacionales, como el bien recordado “huele a azufre” en las Naciones Unidas al referirse al presidente norteamericano George Bush, o el más reciente careo con el presidente español José Luis Rodríguez Zapatero y el proverbial “por qué no te callas” del Rey Juan Carlos, le ha valido que los principales medios de comunicación internacionales le dediquen tiempo y espacio a sus “extravagancias” como nunca antes un líder latinoamericano ha obtenido, ni siquiera Antonio “Cara de Piña” Noriega.
Y es que con una entrada de divisas anuales que superan los 101 mil millones de dólares y una administración irrestricta de estos recursos (nadie se atreve a preguntarle al Presidente bolivariano qué hace con estos dineros, ni siquiera la Asamblea Nacional (Congreso) la cual está controlado por el Comandante), le permite ganar adeptos que le dan la bienvenida con los brazos y manos abiertas prestas a recibir sus dádivas en billetes verdes con la figura de Washington.
Argentina, Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Brasil y hasta la distante Belorusia se han beneficiado con los más de 40 mil millones de dólares que hasta la fecha Chávez “ha regalado” a nivel internacional. Los más beneficiados han sido Argentina, que gracias a Venezuela el Presidente Néstor Kirchner ha logrado rebajar cinco mil millones de dólares de su deuda externa y Cuba que recibió más de 3 mil millones de dólares, un muy necesitado oxígeno para alargar el régimen Castro-Comunista sobre la Isla.
En el propio corazón del “imperio norteamericano” el gobierno venezolano financia la Venezuelan Information Office en Washington que se encarga de diseminar información propagandística a favor del régimen chavista en el “Imperio del Norte”.
Y es que Chávez desde que decidió incursionar la arena política (comandó un fallido golpe de estado en 1992) se convirtió un “niño mimado” de los medios de comunicación quienes desplegaban a grandes titulares de primera página sus excentricidades y la manera de transmitir su mensaje proselitista durante la campaña electoral de 1998.
Tal como me mencionó para esa época un director de un periódico en Caracas: “cada vez que Chávez abre la boca, aumenta nuestra circulación y por ende las ventas del periódico”.
Gracias a estos medios, hoy muchos de ellos desaparecidos o comprados por el gobierno, el Teniente Coronel recibió amplia cobertura de sus andanzas por el territorio venezolano, supliendo así su falta de fondos monetarios para contratar espacio publicitario a fin de promocionar su campaña como candidato presidencial.
Pero la luna de miel fue brevísima una vez que llegó a Miraflores (sede presidencial), no tanto por los típicos escrutinios que los periodistas hacen de los presidentes, sino porque no desplegaban con suficiente notoriedad sus obras.
“El cambio se produce cuando Chávez comienza a reaccionar, como cualquier militarote en el poder, ante noticias que le son desagradables”, afirmó en el diario El Universal, Carlos Blanco, uno de sus más reconocidos analistas políticos de Venezuela. “Inició (Chávez) su malquerencia con los periódicos porque estos no destacaban suficientemente las noticias sobre las andanzas y chácharas presidenciales”.
Al poco tiempo los medios de comunicación de simple mensajeros de la noticia se vieron involuntariamente en la oposición al gobierno por definición del propio líder del régimen, ya que para seguir cumpliendo sus funciones de informar imparcialmente se vieron en la necesidad de resistir a las pretensiones de Chávez.
Blanco agrega que “no escogieron ser de oposición sino que fueron lanzados a la oposición por un gobierno que sólo los aceptaba bajo sumisión total”.
Esta guerra contra los medios es una tentación en la cual caen muchos gobernantes con una piel muy sensible ante las críticas y recurren a la coacción e intimidación de los medios. Todavía en México retumba la frase dicha por el Presidente José López Portillo de ¡Es mi vida y nadie tiene que meterse en eso!, cuando una periodista se atrevió a preguntarle de su relaciones extramatrimoniales con la Secretaria de Turismo, Rosa Luz Alegría. Aquellos medios que se atrevieron escribir sobre "las más notable de todas sus amantes" vieron cortados los anuncios oficiales del gobierno portillista.
Al llegar al poder estos líderes se olvidan de todas las reglas de Relaciones Públicas, sobre todo la que dice que no se debe emprenderla en contra de los medios, no importa que tan feo suene lo que dicen. En otras palabras no hay que asesinar al mensajero porque es portador de malas noticias.
Pero el mayor pecado comunicacional que incurren estos “gobernantes todopoderosos” es la mentira sistemática a través de los propios medios que atacan.
Uno de los casos más obvios fue en el que Chávez se vio envuelto durante su última visita a Buenos Aires, Argentina el 4 de agosto de 2007. Un día antes del arribo del mandatario venezolano, las autoridades aeroportuarias argentinas incautaron a un empresario venezolano, residente en Miami, Guido Antonini Wilson, un maletín contentivo de 800 mil dólares. El arribo de Antonini Wilson a Buenos Aires ocurrió a bordo de un avión privado contratado por la empresa petrolera argentina Enarsa donde también viajaban altos funcionarios de Petróleos de Venezuela (PDVSA).
En menos de 24 horas los medios de comunicación argentinos no tardaron de atar cabos y vincular al “hombre del maletín” con la visita oficial que realizaba Chávez ese mismo día. Analistas de inmediato especularon que el dinero estaba destinado a financiar la campaña de Cristina Fernández de Kirchner a la presidencia de la república.
En una rueda de prensa el mandatario venezolano negó conocer a Antonini Wilson y volvió a echar mano a su alegato preferido: “Es una campaña orquestada por la derecha latinoamericana financiado por el imperio yanqui para desprestigiar a la revolución bolivariana”.
Visiblemente molesto por la insistencia de los medios para llegar al fondo de la verdad, principalmente el diario El Clarín y su canal de televisión Todo Noticias, formuló un llamado a "los pueblos" del continente a preguntarse cuándo vencen las concesiones de las televisoras y emisoras de radio en sus respectivos países. La propuesta tenía su base en la decisión de no concederle la extensión de la concesión a Radio Caracas Televisión.
Al tercer día de entrar en pleno apogeo el escándalo del “hombre del maletín”, y los medios tanto argentinos como uruguayos daban evidencias que Guido Antonini tenía vínculos con el gobierno venezolano, el presidente Chávez sentencio a toda voz: “los medios de comunicación son uno de los grandes males de la humanidad".
Pero cabe hacer la pregunta ¿son los medios de comunicación la perdición de la humanidad porque alientan el consumo desmedido del capitalismo salvaje o porque ponen en evidencia a los políticos en su medias verdades?
Así como las civilizaciones antiguas de Grecia y Roma, cincelaron sobre la piedra su cultura e historia, hoy los medios de comunicación son un recordatorio de las falsas promesas que hacen los políticos para atraer de manera oportunista el voto a su conveniencia.
Tal fue el caso expuesto por el conductor del noticiero de Univisión, Jorge Ramos, quien entrevistó a Chávez un día antes de las elecciones de 1998 que lo llevó al poder. Ramos dijo que el entonces candidato le había mentido a él y a millones de venezolanos, ya que aseguró tres cosas: 1) que entregaría el poder en 5 años; 2) que no nacionalizaría ninguna empresa y 3) que dejaría en manos privadas los canales de televisión. Ramos señaló que ninguna de estas promesas fueron cumplidas y presentó el segmento de esa entrevista para despejar sospechas. (http://www.youtube.com/watch?v=M8CoZqYXTUo)
Los asesores del presidente Chávez en materia de comunicaciones, si es que en realidad Chávez escucha a dicho asesores, al parecer se han olvidado en decirle, que al contrario a sus deseos, los medios de comunicación siguen creciendo en número, sobre todo con la democratización de la información a través del Internet. Hoy nada escapa al escrutinio del público y por más esfuerzos que hagan las autoridades por censurar la información, de alguna manera se cuela. Eso lo pudimos presenciar con los recientes disturbios en Myanmar, antigua Birmania, donde hasta los celulares se convirtieron en fieles reporteros de los acontecimientos.
Pero la tentación de continuar mintiendo parece ser un signo permanente del gobierno chavista.
El sociólogo y catedrático de la Universidad Central de Venezuela, Carlos Raúl Hernández, explica esta tendencia al señalar que “están convencidos (los chavistas) de que el fin justifica los medios, según dicen que dijo Maquiavelo… todo lo que diga o haga para defender la revolución está plenamente justificado”.
Hernández está convencido que esta es una tendencia muy común entre los marxistas de viejo cuña y lo actuales. Relata que hace mucho tiempo, al romper con el comunismo, uno de los filósofos marxistas más importantes de Italia y de Europa, dijo que se iba porque no toleraba ya el “el imperio de la mentira”.
Estas frase fue dicha mucho antes de que siquiera existiera la televisión o el Internet. Lo que nos convence de cierto lo que muchos especialitas de la comunicación, como periodistas y relacionistas públicos insisten: “la mentira dicha ante los medios de comunicación es una peligrosa arma de doble filo, que tarde o temprano se vuelve en contra de uno”.
Y mucho antes de que ni siquiera se soñara en los Medios Masivos de Comunicación, Aristóteles sentenció:
La recompensa del mentiroso es no ser creído aun cuando diga la verdad”.
Sólo queda esperar lo que el futuro tiene guardado para Chávez y si este axioma tendrá algún efecto sobre él, quien le gusta repetir la frase acuñada por Hitler: “la historia me absolverá”. También el Führer aconsejó una vez a su gabinete: “Las grandes masas sucumbirán a una gran mentira que a una pequeña”, pero al final la verdad se abrió paso como la luz ante la oscuridad y la historia no lo absolvió.

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